Robert Francis Pionost: Biografía del Nuevo Papa

Roma, 9 de mayo (VaticAnnews) .- La reciente elección ha marcado un hito en la historia papal, ya que Popio Augustino ha sido nombrado como el nuevo Pontífice, adoptando el nombre de Leo XIV. Este nuevo Papa, quien se encuentra próximo a cumplir 70 años, fue previamente el prefecto del obispo, el obispo de los 6:07 seleccionados. Sin lugar a dudas, el Papa es el 267º de la historia de la Iglesia Católica.
El nuevo líder espiritual es notable por ser el segundo Papa originario de América, después de Francisco. A diferencia de Bergoglio, el estadounidense Robert Francis, quien tiene actualmente 69 años, Leo XIV proviene de América del Norte. Nació el 14 de septiembre de 1955, hijo de Luis Marius Prevost, un francés de ascendencia italiana, y Mildred Martínez, de ascendencia española. Leo XIV creció en un contexto familiar que enriqueció su formación. Es el mayor de tres hermanos, con Louis Martín y John Joseph como sus compañeros de vida.
Su infancia y adolescencia estuvieron marcadas por una profunda conexión familiar y una dedicación a sus estudios, llevando a cabo su formación académica en la Universidad de Pensilvania, donde se graduó en 1977. Posteriormente, el 1 de septiembre de ese mismo año, recibió la orden de San Agustin (OSA), iniciando su camino hacia el sacerdocio en una destacada institución de Chicago. En esta ciudad, tuvo la oportunidad de profundizar en su vocación y en la teología, y emitió votos solemnes el 29 de agosto de 1981.
Leo XIV ha recibido una sólida formación en la Unión Católica de Chicago, donde obtuvo un título en teología. A la corta edad de 27 años, fue enviado a Roma para estudiar derecho canónico en la prestigiosa Universidad de Santo Tomás de Aquino (Angelicum). En la ciudad eterna, el 19 de junio de 1982, hizo una promesa al servicio de la comunidad agustiniana, siendo acompañado por el Monseñor Jean Jadot, quien en ese momento presidía el consejo pontificio.
En 1984, comenzó su recorrido en la misión y al año siguiente, se dedicó a la redacción de su tesis doctoral, que lo llevó a Chulucanas, en Piura, Perú, donde realizó una misión entre 1985 y 1986. En 1987, Leo XIV defendió su tesis doctoral sobre el papel local anterior de San Agustín y fue nombrado director de las misiones de la provincia agustiniana, un rol que asumió con gran responsabilidad.
A lo largo de los años, se expandió su involucramiento en Perú. En 1988 ocupó el cargo de director del Proyecto de Entrenamiento Común, que abarcaba las áreas de Chulucanas, Iquitos y Agromac Augustinia. Su devoción y entrega al trabajo pastoral lo llevaron a ser director en varios espacios de formación y acción social, enfatizando su compromiso con las comunidades más vulnerables.
Durante un periodo de once años en la década de los 90 (1988-1999), Leo XIV asumió roles fundamentales en la formación de líderes dentro de la Iglesia, siendo director de entrenamiento y participando activamente en la formación canónica y patrística. También desempeñó su labor en la comunidad de Nuestra Señora de la Iglesia y la parroquia de Santa Rita, enfocándose en las periferias más necesitadas de la ciudad.
Accediendo a una mayor responsabilidad, en 1999 fue elegido provincial de la provincia agustiniana de Chicago. Dos años después, en el capítulo general de la Orden de San Agustín, sus hermanos eligieron confirmarlo en un segundo mandato, que fue ratificado en 2007. De esta manera, su liderazgo comenzó a ser reconocido en un ámbito más amplio dentro de la orden.
Su regreso a la provincia agustiniana de Chicago en octubre de 2013 marcó otro hito en su carrera, donde se convirtió en director del convento de St. Agustín, y fue nombrado vicario. El 3 de noviembre de 2014, el Papa Francisco lo nombró administrador apostólico de Chiclayo, Perú, ingresando a la diócesis el 7 del mismo mes, un momento significativo en su ministerio, ya que lo llevó a ser parte activa en la vida religiosa de la comunidad.
Adicionalmente, su lema episcopal «Unum One Unum» resuena con una singular profundidad, representando la unidad en la diversidad cristiana, un concepto fundamental en el pensamiento agustiniano. Este lema se inspira en las enseñanzas de San Agustín y se refleja en su compromiso por fortalecer la comunidad cristiana.
El 26 de septiembre de 2015, Leo XIV fue nombrado Pontifical Pontifical por el Papa Francisco. En marzo de 2018, fue elegido como el presidente de la segunda conferencia episcopal de Perú, donde desempeñó roles importantes en el Consejo Económico y el Comité de Cultura y Educación.
En 2019, fue nombrado miembro de la Congregación del Clero, una influencia que le permitió participar activamente en el proceso de renovación eclesiástica, y un año más tarde, se unió a la Congregación de los Obispos, ampliando su impacto en la dirección de la Iglesia.
Su trabajo continuó expandiéndose cuando, el 15 de abril de 2020, recibió el nombramiento como administrador apostólico de Callao, Perú, una responsabilidad que asumió con determinación durante un tiempo de desafíos para la Iglesia. En una notable llamada de atención, el 30 de enero de 2023, fue llamado a Roma como Prefectus de la diaconía, continuando así su labor de liderazgo y servicio.
Sin lugar a dudas, el nombramiento de Leo XIV tiene un significado particular, ya que representa una nueva era de esperanza y renovación, tanto para América como para la Iglesia en su conjunto. En su reciente hospitalización en el policlínico «Gemelli», se ha visto rodeado de oración, y su compromiso con su misión se ha subrayado con su constante fijación en la salud de Francisco.