Las erupciones del Poás Volcanus afectan el comercio en las comunidades aledañas

San José, 12 de abril (EP/PL) – Las recientes erupciones del volcán Poás, situado en la provincia costarricense del norte de Alajuela, están teniendo un impacto significativo y negativo en las ventas de las comunidades que dependen del turismo. Esta actividad volcánica ha causado una fuerte caída en la afluencia de visitantes, lo que se traduce en lo que los dueños de los negocios locales describen como «pérdidas millonarias».
Desde el cierre del Parque Nacional el 17 de marzo, la situación ha empeorado considerablemente. Este parque es un punto focal para las actividades turísticas en la región, y su cierre ha llevado a una reducción casi total de las visitas. Aunque las explosiones del volcán Poás continúan, en las últimas 24 horas han mostrado una leve disminución en su frecuencia, lo cual se ha convertido en un consuelo poco útil para los comerciantes que viven de estas visitas.
El Observatorio Volcanológico y Sismológico de Costa Rica (Ovsicori) ha informado sobre la situación actual, indicando que «los estallidos persisten, aunque con una actividad sísmica un tanto menor». Sin embargo, al mismo tiempo, se continúan registrando frecuentes expulsiones de cenizas y gases tóxicos, lo que plantea un grave riesgo para la salud pública y la seguridad de las comunidades cercanas.
La Semana Santa, un periodo tradicionalmente significativo para el turismo en Costa Rica, trae consigo una gran expectativa entre los comerciantes. Sin embargo, con las restricciones actuales que impiden el acceso a las áreas afectadas por el volcán, sus esperanzas se están desvaneciendo.
El cráter principal del volcán ha estado activo, expulsando gases peligrosos como el azufre, pero recientemente ha entrado en una nueva fase de actividad eruptiva. Según los expertos de Ovsicori, esta fase se caracteriza por una erupción freomagmática de intensidad moderada. Esta clase de erupción se produce cuando el magma entra en contacto con agua, lo que provoca una rápida evaporación y resulta en la emisión de agua, cenizas y fragmentos de roca al aire.
Los volcanólogos han aclarado que la actividad de erupción en el Poás persiste con regularidad, require una constante vigilancia y precaución por parte de las autoridades y vecinos. La actividad eruptiva ha estado ocurriendo cada dos minutos, lanzando gases y columnas de material a alturas que alcanzan hasta los 500 metros desde el cráter. Este fenómeno se ha intensificado en los últimos días, algo que no pasaba desapercibido para avistar en el Valle Central.
En efecto, Avard, un investigador de Ovsicori, recordó que el Poás ha registrado columnas de ceniza que pueden llegar a elevarse hasta 1,500 metros, con un flujo de gases persistente. Los vientos predominantes están llevando estas cenizas hacia el suroeste, poniendo en riesgo a varias comunidades que se encuentran en esa dirección.
El Valle Central, donde las cenizas han comenzado a acumularse, cubre un área de 3,250 kilómetros cuadrados. Este valle se extiende desde Alajuela en el oeste hasta Cartago en el este, con una altitud media de 1,400 metros sobre el nivel del mar. La población de San José, que se ubica a tan solo 33 kilómetros al sur del volcán, ha comenzado a notar las huellas oscuras dejadas por las cenizas, visibles en patios y jardines, lo que también ha aumentado la preocupación entre los habitantes.