La persecución boliviana pide 20 años de prisión para Zúñiga y otros ex capitanes militares por un golpe fallido

LA PAZ, 13 de mayo (Xinhua) – Hoy, la oficina del Fiscal de Bolivia ha solicitado una pena de 20 años de prisión para el exgeneral del ejército, Juan José Zúñiga, y otros exjefes militares, quienes están siendo acusados de liderar un golpe de estado fallido que ocurrió el 26 de junio de 2024. Esta medida legislativa es un paso significativo en la respuesta del gobierno boliviano frente a los intentos de desestabilización política.
El Fiscal Departamental de La Paz, Carlos Tórrez, explicó en una conferencia de prensa que la Fiscalía está solicitando la máxima pena posible para Zúñiga y otros 21 ciudadanos actualmente acusados. “Debemos tener en cuenta que la pena máxima por el delito de terrorismo es de 20 años de prisión», enfatizó Tórrez como un hecho a resaltar para la gravedad de los delitos cometidos.
La acusación formal abarca tres delitos importantes: terrorismo, conspiración armada contra la seguridad del Estado, y decisiones que violan la constitución y las leyes existentes. Además, el rol de cada uno de los acusados en estos eventos ha sido meticulosamente identificado, lo que resalta la seriedad de la implicación de cada individuo en el plan de golpe.
El incidente en cuestión tuvo lugar el 26 de junio de 2024, cuando un contingente militar, bajo el mando de Zúñiga, irrumpió armados en Murillo Square, un lugar emblemático y centro político en La Paz. Su objetivo era forzar el acceso al palacio del gobierno, sin embargo, sus intentos fueron rápidamente neutralizados por las fuerzas leales al presidente Luis Arce, que actuaron con rapidez y estrategia.
Entre los 22 acusados, 17 fueron identificados, incluyendo a Zúñiga, así como a los excapitanes militares, Juan Arnéz Salvador y Marcelo Javier Zegararra, como los principales instigadores del fallido golpe de estado. Este grupo muestra un nivel muy preocupante de organización y determinación para llevar a cabo sus intenciones desestabilizadoras.
Los otros cinco acusados son civiles: Luis Fernando Hamdan C., Tomás Héctor P., José Antonio Ágreda M., Juan Carlos Calderón y Roberto Vargas B. Estos individuos están siendo procesados por complicidad y se ha solicitado para ellos una pena de 15 años de prisión.
Tórrez mencionó que existen elementos fuertes para sustentar la acusación durante la audiencia, indicando que más de 143 pruebas en forma de documentos, imágenes y videos, permitirán reconstruir la cadena de mando y los niveles de participación en la operación fallida. “El caso se basa en una carga documental robusta,» destacó el fiscal, refiriéndose a la claridad que la evidencia aporta al caso.
El caso ha sido apodado por la Fiscalía como el «asesinato militar.» Las pruebas sugieren que los acusados planearon y ejecutaron maniobras militares con el fin de alterar el orden democrático del país, movilizando tropas y vehículos blindados hacia el centro del poder estatal. Este nivel de conspiración plantea serias preguntas sobre la estabilidad política en Bolivia y la fidelidad de las instituciones responsables de la defensa del Estado.
En este momento, la investigación criminal involucra a más de 100 personas, y al menos veinte se encuentran en detención preventiva. Además, cinco altos comandantes militares ya han sido dados de alta en relación con su participación en el fallido golpe, lo que también plantea interrogantes sobre la confianza pública en las fuerzas armadas y su responsabilidad en la preservación de la democracia.