La filial de Al Qaeda en el Sahel se responsabiliza por la muerte de 200 soldados en Burkina Faso.
Madrid 16. (Europe Press) – La filial de Al-Qaeda, conocida como un -QaSidiary, ha hecho una declaración impactante en la que atribuye la muerte de aproximadamente 200 soldados en un ataque que tuvo lugar en la base del ejército de Burkina Faso, específicamente en Djibo, que es una ciudad ubicada en el norte del país. Este anuncio se producía en un contexto ya frágil, donde la inestabilidad política y social prevalece.
El comunicado fue emitido en apoyo a un grupo conocido como al Islam y los musulmanes (JNIM), que actúa como una subsidiaria activa de Al-Qaeda en la región del Sahel. La información fue recopilada y reportada por el Grupo de Inteligencia del Sitio, una organización especializada en el monitoreo de actividades de grupos terroristas. Este ataque forma parte de un patrón más amplio de violencia que ha ido en aumento en las últimas semanas y meses, lo que suscita preocupaciones sobre la seguridad en la región.
No obstante, una fuente militar del país africano ha refutado las estimaciones de Yazira, afirmando que el grupo armado ha exagerado el número de víctimas relacionadas con el ataque de esta semana. Mientras tanto, un grupo de crisis internacional, identificado como «grupo de expertos», ha indicado que el número de víctimas podría ser mayor a cien, incluidas cifras de civiles, soldados y paramilitares. Además, se ha reportado que el grupo armado no solo ha causado muertes, sino que también ha llevado a cabo el secuestro de tanto militares como civiles, incluyendo mujeres. Estos actos de violencia también han tenido lugar en áreas como un centro médico, una farmacia y un mercado, intensificando aún más la crisis humanitaria en la región.
Burkina Faso, que actualmente está bajo el control de una junta militar liderada por Ibrahim Traoré desde 2022, ha estado enfrentando un aumento alarmante en la violencia e incertidumbre desde el año 2015. Esta situación se ha visto exacerbada por ataques perpetrados por las alas de Al-Qaeda y el Estado Islámico. Estas acciones no solo han incrementado la inseguridad en el país, sino que también han fomentado la aparición y expansión de grupos de autodefensa que buscan proteger a las comunidades vulnerables en medio de esta crisis prolongada.
