Feinzaig recuerda el accidente y los detalles de su carrera – el Observador CR – Actualidad cr

Nueve días después del accidente en el que murió su asesor y él mismo resultó gravemente herido, el vicepresidente Eli Feinzaig habló con más calma de los acontecimientos que afrontó.
Por un lado, informó el diagnóstico médico que enfrenta, y por otro lado, destacó varias cosas que estuvieron en la historia desde el principio.
«Ya de vuelta en casa, cuatro costillas rotas y el esternón grapado. Adaptándonos, intentando seguir los consejos del médico y los tratamientos recomendados, es momento de tomarnos unos minutos para agradecer», afirmó.
Como primera persona, Feinzaig señaló a Ericka Benavides, su compañera de equipo fallecida en el accidente de tránsito ocurrido en Palmares.
«Primero, agradecer a Ericka por ser una amiga leal y una colega extraordinaria, y por ser una luz que nos guía hoy y nos recuerda que debemos trabajar más duro y con alegría para salvar la paz, la seguridad, la decencia y la democracia», dijo.
De hecho, destacó cómo la familia de Benavides también lo siguió.
“Álvaro y Andrés, hijos de Ericka, le enviaron a mi esposa un mensaje que me trajo tanta paz, que nunca podré agradecerles lo suficiente. En medio de mi propio dolor, saber que creen que los últimos 4 años (en los que Ericka dedicó su alma, vida y corazón al proyecto político del PLP) fueron los mejores de su intensa pero corta vida, y la mayor ayuda que me han brindado es superar el dolor de su fallecimiento”, dijo.
Oraciones y fe
Feinzaig fue dado de alta del hospital el viernes. Según explica, todavía hay actividades que no puede realizar.
«Me hubiera gustado haber ido a la sinagoga ayer sábado para recitar públicamente, como se debe, el Birkat HaGomel, una oración de acción de gracias que se dice después de superar una enfermedad u otro acontecimiento potencialmente mortal o peligroso». explicado.
«Por consejo del médico me quedé en casa pero antes de salir del hospital se lo dije a mi familia», añadió.
«Ángeles» de Eli Feinzaig
En su relato, Feinzaig identificó como «ángeles» a las personas que ayudaron en las distintas etapas de la emergencia.
“Agradezco a la señora Heylin Azofeifa y a su esposo, Leonel Anchía. Cuando todavía no entendía lo que había pasado, los vi correr hacia nuestro auto. Cuando vieron que dadas las circunstancias yo no estaba tan mal, Leonel fue a ayudar a Fabián, que estaba aún peor. Heylin nunca se separó de mi lado”, recuerda.
«Incluso antes de venir a verme, ya me dio instrucciones: no te muevas, te vamos a ayudar. Después de venir, trató de mantenerme despierto con preguntas y conversaciones», recordó Feinzaig sobre Heilyn.
A ellos les suma una mujer de la que no recuerda detalles.
“También había otra chica que me estaba ayudando mucho. Por la confusión en ese momento no recuerdo su nombre, pero me dijo que empezó a estudiar nuevamente y que a los 35 años la semana pasada iba a rendir los exámenes nacionales estandarizados”, recuerda.
«Espero que haya sido y siga siendo un éxito», afirmó.
El rescate de Feinzaig
Volviendo al relato de Heylin, Feinzaig recordó cómo fue un factor clave en su primer traslado al Hospital San Ramón.
“Se ofreció a sacar mi celular del auto y cuidarlo por mí. Se ofreció a acompañarme en la ambulancia y me acompañó hasta la puerta del Hospital San Ramón”, dijo.
«Le pedí que sacara la carcasa de mi computadora personal del auto y cuando no la dejaron entrar al hospital, esperó hasta que pudo entregarme mis pertenencias», continuó.
Durante ese período se produjo el primer contacto con su círculo.
«En la ambulancia se ofreció a llamar a mi mujer, pero yo todavía no estaba en condiciones de hacerlo», escribió Feinzaig.
“Pero cuando me llamó Tania Molina, mi súper candidata a la vicepresidencia, lo puso en altavoz para escucharme y saber que estaba fuera de peligro. Y que podía llamar a mi esposa. En fin, Heylin es un ángel caído del cielo que cumplió cabalmente el dicho que dice ‘haz el bien sin mirar a nadie’”, dijo.
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A ese agradecimiento sumó los rescatistas.
«Un capítulo especial merecen los bomberos, que llegaron casi de inmediato y comenzaron a trabajar diligentemente para salvar a Fabián, quien quedó atrapado en la carrocería», dijo Feinzaig.
«También los cruzrojistas, que vinieron bastante rápido y actuaron con la misma eficacia y profesionalismo. Fuerza Pública y Tránsito también merecen mi reconocimiento. En distintos momentos tuve contacto con representantes de todos estos organismos, y todos trataron con el mismo profesionalismo, tacto y compasión», concluyó Feinzaig en esa parte.
De hospital en hospital
Concluido el rescate en el lugar, pasamos al nivel del hospital, donde Feinzaig también destaca la ayuda que recibió.
“La sala de urgencias del Hospital San Ramón se llenó de gente y una vez más el profesionalismo y la empatía de todo el personal es conmovedora. Nunca había estado en una situación así y es impresionante cómo cada persona sabe exactamente qué hacer y puede haber 10 personas trabajando con el mismo paciente al mismo tiempo, cada una haciendo algo diferente, en perfecta coordinación”, dijo.
«También apareció un ángel, una mujer cuyo papel principal sentí que era ayudarme más allá de lo estrictamente médico. No recuerdo todo lo que hizo por mí, pero insistió en que llamara a Rosi, mi esposa, y ella lo llamó desde su propio teléfono para que pudiéramos hablar», continuó.
Desde el personal dio detallados agradecimientos, desde el guardia de seguridad en la entrada de urgencias hasta el propio director del hospital. Feinzaig sumó a ellos técnicos médicos, de enfermería y de urgencias, ecografías y rayos X.
A ellos se unieron el equipo que lo trasladó en avión y el Hospital Metropolitano, donde continuó su tratamiento.
“También pusieron medallas en el pecho el personal del aeropuerto (médico, paramédico y capitán) y del Hospital Metropolitano. Todos, desde Don Manuel, que recibe con una sonrisa y guía a todos los pacientes y visitantes cuando ingresan a las instalaciones por la puerta principal, hasta el presidente de la empresa”, dijo.
Allí también identificó a otras personas clave bajo su cuidado. Habló del personal de limpieza, pasó por el jefe de la unidad de cuidados intensivos, el excelente y excepcional personal de enfermería y médico de la unidad de cuidados intensivos, fisioterapia, terapia respiratoria, reconocimiento médico, urgencias, quirófano y sala de recuperación, psicología, nutrición y personal administrativo y de seguridad.
El vecino inesperado
Otro detalle que destaca Feinzaig es que conoció a monseñor Javier Román en el hospital. El obispo de Limón sufrió este fin de semana un infarto del que también se recupera.
«Allí estuvimos hablando cuando los dos estábamos mejor y rezando cada uno por la salud del otro, por lo que estoy profundamente agradecido», afirmó.
Feinzag también se refirió al papel del padre Marvin Benavides, párroco de San Miguel Arcángel en Escazú, quien cuidó a Monseñor pero también supervisó siempre su evolución.
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En general, también destacó la valoración que hace del apoyo recibido.
«A quienes con su amabilidad y decencia mostraron su humanidad y nos dieron esperanza de reconciliación en esta sociedad tan dividida.
Finalmente, Feinzaig concluyó con un mensaje sobre valorar la vida y la importancia de expresarla. El político escribió:
«No nos decimos lo suficiente: TE AMO. La vida es muy fácil, ve y díselo a tus seres queridos».




