Exmilitares colombianos acusados de ‘positivo falso’ participan en la búsqueda de la falta

BOGOTÁ, 24 de abril (Xinhua) – En un desarrollo significativo en la búsqueda de justicia y reparación para las víctimas del conflicto armado en Colombia, la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) comunicó el día jueves que un ex-militar, implicado en los infames crímenes de ejecuciones extrajudiciales conocidos popularmente como «falsos positivos», ha comenzado un proceso de trabajo relacionado con la recuperación de la verdad y la reconciliación. Esta iniciativa se inscribe en el contexto de las sanciones restauradoras impuestas por la JEP.
En un comunicado oficial, la JEP subrayó que el ex-militar está realizando actividades en la misma región donde se perpetraron los crímenes. Este acercamiento no solo busca visibilizar su responsabilidad sino también ofrecer un acto tangible de reparación a las familias de las víctimas afectadas. De acuerdo con la JEP, «Solo están trabajando allí, en la misma área donde cometieron crímenes, como un acto tangible de responsabilidad y dedicación a las familias a las que causaron daño y verdad». Esta medida podría convertirse en un precedente a seguir en otros casos similares, marcando un paso hacia la reconciliación nacional.
Además, la Corte Suprema de Justicia explicó que los actores involucrados participaron en una acción sin precedentes. Se llevó a cabo una intervención forense en el cementerio central de Neiva, un lugar donde se habían inhumado a víctimas de los falsos positivos, a menudo sin identificación, según la información surgida de la sala de reconocimiento de la verdad. Este gesto es fundamental para proporcionar a las familias de las víctimas información que podría ser clave en la búsqueda de la verdad, así como en la ubicación e identificación de sus seres queridos desaparecidos.
La JEP enfatizó la importancia de esta contribución por parte del ex-militar, señalando que resulta crucial para las familias que continúan sufriendo la desaparición de sus seres queridos. «Proporcionan información que puede conducir a la identificación y/o la ubicación de los miembros de su familia», destacó, mientras también se enfatiza el aporte que su trabajo brinda en el contexto de fortalecer el país a través de obras civiles en la región.
La institución recordó que esta nueva acción forma parte de las Iniciativas, Planes, Programas y Proyectos de Restauración (IPPPR), diseñados para facilitar la reparación de los daños ocasionados por el conflicto y asegurar garantías contra la repetición de tales delitos en el futuro.
El cumplimiento efectivo de las obligaciones por parte de todos los involucrados forma una referencia crucial para la implementación de las sanciones establecidas por el Tribunal para la Paz. Según la JEP, este proceso demuestra que aquellos que contribuyen a la verdad y reconocen su responsabilidad pueden obtener beneficios en el marco de la justicia transicional.
La JEP también resaltó el papel de la misión de la ONU en Colombia y la colaboración de entidades gubernamentales, como la oficina del alcalde y el gobernador de Huila, destacando que gracias a estos esfuerzos, la búsqueda de personas desaparecidas ha progresado. «No es solo un mandato legal; es un imperativo ético y un derecho fundamental para las víctimas», concluyó, recordando que su dolor y sufrimiento, provocados durante años de violencia y silencio, demandan acciones concretas que honren su memoria y reconozcan su sufrimiento.
Finalmente, la sala de reconocimiento de la verdad presentó cargos contra 36 miembros del Ejército Nacional en el departamento de Kuipa, implicados en un total de 200 homicidios, que fueron reportados ilegalmente como bajas en combate. De estos casos, 32 coincidieron con desapariciones forzadas, mientras que se registraron ocho intentos de homicidio involuntario, revelando la magnitud de las violaciones a los derechos humanos durante el conflicto armado.