Estudio revela problemas de marcado en Costa Rica.

SAN JOSÉ, 7 de abril (ELPAÍS.CR) – Un estudio exhaustivo llevado a cabo por el Laboratorio de Biología Molecular (Biomol) de la Universidad LCI Veritas ha resaltado una alarmante cantidad de irregularidades en la identificación de los Filetes de Pescado comercializados en Costa Rica. Este análisis pone de manifiesto la necesidad urgente de un control más riguroso en el etiquetado y la autenticidad de los productos pesqueros.
En particular, el estudio se centró en identificar y evaluar las especies que se venden como «Marlín Blanco» y «Marlín Rosado», pues fue aquí donde se registraron los mayores errores de identificación. Esto es preocupante no solo desde un punto de vista del fraude al consumidor, sino también por las consecuencias más amplias que acarrea la incorrecta etiquetación de productos del mar.
La investigación, que se publicó en la reconocida revista Control científico de alimentos, se fundamentó en el análisis de 178 muestras de tejido que fueron examinadas a través de códigos de barras de ADN. Este enfoque permitió verificar de manera precisa la autenticidad de las especies comercializadas.
Los daños revelados fueron notables: a pesar de que las muestras de pez navideño y pez espada presentaron altos niveles de identificación correcta, 93.44% y 96.43% respectivamente, el impacto de los errores en los marlines es desolador. En total, se destacó que el 100% de las muestras etiquetadas como ‘Marlín Blanca’ y un alarmante 28.19% de las muestras de «Marlín Rosada» fueron identificadas incorrectamente. En conjunto, se encontró que el 33.71% de todos los productos analizados presentaban discrepancias significativas entre lo que se anunciaba y lo que realmente se comercializaba.
Consecuencias más allá del engaño del consumidor
Las implicaciones de un etiquetado incorrecto van mucho más allá del mero fraude al consumidor. Esta situación distorsiona las estadísticas de pesca, lo que complica la posibilidad de gestionar de forma sostenible los recursos marinos y representa una amenaza para las especies que se encuentran bajo protección. De este modo, el coordinador de Biomol, Juan Carlos Delgado-Carazo, ha subrayado el compromiso del laboratorio por «influir positivamente en el manejo responsable de los recursos pesqueros mediante la implementación de herramientas moleculares que aseguren la trazabilidad de los productos».
El investigador principal del estudio, Roy Saravia, aportó una explicación sobre cómo las complicaciones surgen de la confusión generada por los nombres comunes usados en Costa Rica en comparación con las denominaciones estándares internacionales, junto a la falta de características morfológicas visibles que dificultan la identificación precisa durante el proceso de venta de pescado.
Metodología científica para combatir fraude
Para llevar a cabo esta exhaustiva investigación, el equipo utilizó la técnica de código de barras genéticos, que implica la comparación de secuencias de ADN con bases de datos científicas establecidas. Las muestras recolectadas en los mercados a lo largo de Costa Rica entre julio de 2022 y febrero de 2023 fueron analizadas en Biomol, donde se extrajo el material genético para realizar los estudios correspondientes.
Los hallazgos del estudio resaltan el alarmante reemplazo de especies, como la identificación de peces navideños en filetes comercializados como marlin, un hecho que podría contribuir a la sobreexplotación de especies vulnerables. Delgado-Carazo ha señalado que «el etiquetado incorrecto persiste a pesar de las normativas implementadas desde 2012», sugiriendo que es imperativo integrar el análisis genético en la cadena de suministro para garantizar no solo transparencia, sino también sostenibilidad.
Este estudio representa un llamado de atención para Costa Rica, instando al país a reforzar su sistema de controles y a alinear sus normativas con estándares internacionales, en pro de la protección tanto de los consumidores como de los ecosistemas marinos que necesitan ser resguardados.