El volcán Poás ha estado liberando azufre y otros gases durante 19 días

San José, 11 de abril (EP/PL) .- En un importante desarrollo, el Volcán Poás de Costa Rica ha alcanzado su décimo día de actividad eruptiva, caracterizada por emisiones de azufre y otros gases tóxicos peligrosos. A pesar de que las condiciones meteorológicas actuales han complicado la recopilación de información precisa debido a la presencia de una densa nube de tormenta, se ha notado un incremento significativo en la actividad del volcán.
Según los especialistas del Observatorio Volcanológico y Sismológico (Ovsicori), este volcán ubicado en la provincia de Alajuela ha entrado en una nueva fase dentro de su ciclo eruptivo, lo que despierta tanto interés como preocupación en la comunidad científica y en las poblaciones cercanas.
Esta reciente etapa se define por la presencia de erupciones freomagmáticas casi continuas, las cuales son de intensidad moderada. Se producen cuando el magma existente en el interior del volcán entra en contacto con el agua presente en su superficie o en capas subterráneas. Este contacto provoca una rápida evaporación, resultando en explosiones de vapor, agua y fragmentos de rocas, explicó el experto del Ovsicori, Geoffroy Avard.
Los volcanólogos han indicado que la actividad eruptiva del Poás se mantiene activa, caracterizada por pulsos regulares que exigen un monitoreo constante y la implementación de medidas de precaución adecuadas. En sus informes más recientes, han señalado que las explosiones continúan ocurriendo de manera regular, con intervalos de alrededor de dos minutos entre cada evento. Esto se traduce en la liberación de gases y formaciones de columnas de material volcánico que ascienden, alcanzando alturas que superan los 500 metros desde el fondo del cráter.
Además, Avard recordó que, en días anteriores, el Poás había generado columnas que se elevaban hasta 1,500 metros, al tiempo que mantenía una considerable emisión de gas durante los últimos dos días, llevando a que estos gases se dispersaran hacia el suroeste y afectaran a las comunidades aledañas. Las áreas que se ven afectadas por la caída de ceniza son, en su mayoría, las que se localizan en el conocido Valle Central de Costa Rica. Este valle abarca unos 3,250 kilómetros cuadrados de territorio, con una elevación promedio de 1,400 metros sobre el nivel del mar, extendiéndose desde Alajuela, en la parte occidental, hasta la hermosa Cartago, ubicada en el este.
Vale la pena mencionar que la actividad eruptiva del Poás ha ido intensificándose desde noviembre del año anterior y experimentó un aumento notable en enero. Esta situación ha llevado a otros académicos a considerar el fenómeno como «un proceso crónico, incierto y posiblemente de larga duración», resaltando la necesidad de cautela y vigilancia continua en la zona.