El experto en un ed sugiere transformar el DI en lugar de cerrarlo – Actualidad cr

San José, 16 de julio (). En medio del debate legislativo sobre el futuro de la Dirección Nacional de Inteligencia y Seguridad (DIS), la Universidad de Distancia Estatal (SNUD), a través de su carrera en las ciencias policiales, instó a una reforma profunda y técnica de la agencia en lugar de eliminar.
Fue criado por el académico Karen Jiménez Morales, a cargo del programa universitario, quien advirtió que el cierre de la Dis Costa Rica se iría sin desviarse a amenazas cada vez más complicadas.
El fallo se produce después de la factura procesada en el archivo 25.070, que representa el cierre definitivo del DIS, una entidad adjunta al Ministerio de la Presidencia.
Para Jiménez Morales, la iniciativa no resuelve los problemas subyacentes, como la falta de control institucional, ni ofrece una alternativa funcional a las tareas de inteligencia estratégica que el país necesita urgentemente.
«Aunque sus orígenes se caracterizan por la tensión geopolítica y las prácticas pasadas que han influido en su reputación pública, hoy tiene el potencial de convertirse en un instrumento proactivo y moderno si se reforma correctamente», dijo Jiménez, y recordó que había nacido en 1963 durante la Guerra Fría, y está sujeto a muchas preguntas sobre su opacidad operativa.
Una reforma con visión estratégica
De la UNED, se propone un rediseño integral del DIS que comienza con un respeto ilimitado por el estado de derecho y los derechos humanos, así como con la necesidad de capacidad de inteligencia para el servicio de la seguridad humana.
«Tiene que abandonar su perfil de cajero negro. Costa Rica necesita inteligencia estratégica dedicada a los valores democráticos, que informa, previene y protege. Y para esto podemos contribuir a la academia», dijo el especialista.
Jiménez dijo que el país, fuera del enfoque policial que ha caracterizado históricamente al DIS históricamente, necesita un sistema de inteligencia nacional con una perspectiva multidimensional, que puede esperar amenazas sistémicas. Entre ellos mencionó:
- Conflicto internacional con el impacto regional;
- Migraciones masivas y no controladas;
- Riesgos alimenticios derivados del cambio climático;
- Pandemias emergentes y amenazas sanitarias;
- Ciberseguridad y terrorismo transnacional.
«El cierre del DIS sin un rediseño estructurado puede abandonar el país sin capacidad de reacción a fenómenos complicados que ya enfrentamos. Más que una reacción política o simbólica, se necesita una solución técnica, grave y responsable», advirtió.
Una nueva ley para un nuevo modelo
El académico enfatizó que uno de los problemas estructurales del DI radica en su ancla legal: actualmente está trabajando sobre la base de la ley policial general, sin regulaciones específicas que regulan claramente su mandato, alcance, límites y mecanismos de responsabilidad.
Ante esta debilidad, Jiménez sugirió expandir la legislación exclusiva para el Servicio Nacional de Inteligencia, según modelos de democracias consolidadas que equilibran la confidencialidad con la inspección.
«Países como Estados Unidos, Canadá y miembros de la Unión Europea han desarrollado comisiones legislativas que pueden auditar operaciones, presupuestos y procedimientos sensibles, y mantener un equilibrio entre la transparencia secreta operativa y democrática», explicó.
En este sentido, el experto cree que la nueva arquitectura legal garantiza la supervisión parlamentaria o ciudadana, incluso a través del acceso reservado. «Lo que no puede continuar es la práctica de inteligencia sin reglas claras o control institucional», dijo.
Inteligencia democrática en tiempos de incertidumbre
Jiménez Morales dijo que el contexto internacional actual, caracterizado por la tensión geopolítica, las crisis de trek, las amenazas híbridas y los desafíos de salud globales, obligando a Costa Rica a reconsiderar sus habilidades institucionales en la inteligencia.
Según el académico, no es viable enfrentar estos riesgos sin que una agencia trabaje con otros sectores estatales con visión estratégica, espera y articulada.
«No se trata de preservar estructuras obsoletas, sino de desarrollar una nueva institucionalidad inteligente, respetuosa de los principios democráticos, sino que puede actuar de manera efectiva a Crisiscenarios», dijo.
Desde su perspectiva, un plato renovado puede integrarse en un sistema de seguridad nacional que articula sus funciones con otras instituciones públicas, incluidas la salud, el medio ambiente, la migración, la defensa civil y las relaciones extranjeras. El objetivo sería predecir riesgos, no solo responder a una crisis.
«El país necesita inteligencia preventiva, no reactiva. Y esto se logra con la profesionalización, la planificación estratégica y los mecanismos de control, no con improvisaciones o brechas institucionales», dijo.
Un llamado a la madurez democrática
Ante las críticas válidas que históricamente lo han abordado, incluidas quejas sobre supervisión inadecuada o falta de inspección, Jiménez insistió en que el camino correcto sea la transformación, no la disolución.
«La eliminación de la misma puede parecer una solución popular o simbólica, pero en la práctica deja al país desprotegido contra amenazas reales que no desaparecen a través de la decisión. Reforma, por otro lado, para construir un instrumento funcional y alinearse con valores constitucionales», concluyó.
La propuesta de UNED es una de las pocas voces académicas que gobernaron de manera técnica en medio del debate parlamentario sobre el futuro de DIS. Su enfoque busca abrir una discusión basada en pruebas, lecciones comparativas y visión a largo plazo, en lugar de decisiones cortas.
En un momento en que la seguridad nacional requiere reacciones complicadas y transversales, la conexión con la inteligencia estratégica con el control democrático puede ser el comienzo de una reforma institucional tan necesaria como se pospone.