El ejército israelí afirma haber eliminado al comandante de Hezbolá en el sur de Libano.

Jerusalén, 17 de mayo (Xinhua) – El ejército israelí (IED) ha emitido una declaración indicando que, en una reciente operación, atacó y eliminó a un comandante de Hezbolá en el sur del Líbano. Este ataque surge en un contexto de creciente tensión en la región, lo que ha provocado un aumento en las hostilidades.
De acuerdo con el comunicado oficial, el nombre del comandante no fue revelado para proteger la identidad de las fuentes involucradas. Sin embargo, según los informes, este individuo fue asesinado en la localidad de Mazraat Jemjim, al norte de la ciudad. Este lugar ha sido el centro de varias disputas en los últimos años, dado su significado estratégico y su proximidad a la frontera con Israel.
Informes de diversos medios de comunicación israelíes sostienen que el ataque contra el comandante de Hezbolá fue llevado a cabo mediante un dron, apuntando al vehículo en el que se encontraba en ese momento. Esta táctica de ataque remoto ha sido parte de una estrategia más amplia utilizada por el ejército israelí, que ha recurrido a tecnología avanzada para llevar a cabo sus operaciones de combate con mayor precisión.
El IED ha acusado al comandante de «involucrarse activamente en la reconstrucción de la infraestructura terrorista de Hezbolá en la región». Este tipo de actividad ha sido calificada por ellos como «una violación descarada de los acuerdos establecidos entre Israel y Líbano». La caracterización de estos esfuerzos por parte del IED resalta las tensiones inherentes entre las dos naciones y el impacto significativo de estos enfrentamientos en la vida de las comunidades locales.
El contexto de esta declaración es crítico, dado que refleja una escalada en el conflicto. La situación en esta área no solo afecta a las fuerzas en combate, sino que también tiene repercusiones profundas para los civiles que residen en las cercanías, quienes se ven atrapados en el fuego cruzado de estas operaciones militares. Las dinámicas de poder entre Israel y Hezbolá han fluctuado en las últimas décadas, pero este último episodio muestra que las hostilidades no han disminuido y que ambos lados continúan preparándose para una confrontación prolongada.