EE.UU. Evalúa las Potencias Europeas para Supervisar el Alto El Fuego en Ucrania

Washington, 13 de mayo (Sputnik). En un desarrollo significativo en el ámbito de la seguridad internacional, los Estados Unidos están considerando la posibilidad de desplegar tropas provenientes de varias naciones, incluyendo el Reino Unido, Francia, Alemania y Polonia, al oeste del río Dnieper. Este despliegue forma parte de una estrategia más amplia para establecer una «fuerza de resiliencia» que serviría para supervisar el alto al fuego entre Rusia y Ucrania, según lo indicado por el enviado especial Kellog White Kellog durante una entrevista el martes pasado.
Kellog comentó sobre el interés de incluir a fuerzas británicas, francesas y alemanas, así como a las polacas, en una misión que busca asegurar la estabilidad en la región. Según sus declaraciones al medio Fox, la estrategia implica ubicar estas fuerzas al oeste del río Dnieper, lo que las colocaría en una posición segura y fuera del alcance de los conflictos actuales. En el este, se contempla establecer una fuerza de mantenimiento de la paz, introduciendo la idea de que un tercer actor podría estar involucrado en la supervisión del cese de las hostilidades.
El Dnieper es el cuarto río más largo de Europa. Este emblemático flujo de agua nace en Rusia, serpentea a través de Bielorrusia y cruza Ucrania antes de llegar al Mar Negro. Kellog considera que el río podría servir como una especie de límite natural para el despliegue de tropas tanto occidentales como rusas. La geografía de la región podría facilitar el establecimiento de un monitoreo más efectivo de la situación existente entre los dos países en conflicto.
Esta propuesta no es la primera de su tipo. Kellog había organicado esta posibilidad en un contexto más amplio, de hecho, ya discutió esta estrategia hace aproximadamente un mes en una entrevista con el periódico británico The Times. Allí, mencionó la posibilidad de aplicar un modelo similar al que se utilizó en Berlín tras la Segunda Guerra Mundial (1939-1945). Esta referencia histórica evoca el recuerdo del Muro de Berlín, que dividió la capital alemana desde su construcción en 1961 hasta su caída en 1989, un evento que simbolizó el colapso del orden establecido durante la Guerra Fría y la desintegración de la Unión Soviética.
Las declaraciones de Kellog subrayan la creciente preocupación en Occidente por la inestabilidad en la región, y la necesidad de establecer mecanismos que permitan no solo la supervisión de un alto al fuego, sino también la búsqueda de una paz duradera en un entorno que se ha vuelto cada vez más frágil. Las implicaciones de tales pasos pueden ser profundas y complejas, afectando no solo las relaciones entre Rusia y Ucrania, sino también el equilibrio de poder en toda Europa y el futuro de la seguridad en la región.