Daniel Ortega comentó sobre la acción penal de Estados Unidos contra los migrantes.

Managua, 1 de mayo (Latin Prensa) – en un evento significativo, el co-presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, ofreció una crítica contundente hacia las acciones del gobierno de los Estados Unidos, las cuales, según él, constituyen actos delictivos contra miles de migrantes que laboran en el país del norte. Su discurso enfatizó la injusticia que enfrentan estos individuos y los peligros inherentes a sus condiciones actuales.
Durante un acto en la Plaza La Fe, que se llevó a cabo en la capital, en honor a los prominentes patrocinadores revolucionarios de Tomás y con motivo del Día Internacional de los Trabajadores, Ortega abordó la creciente problemática del encierro de migrantes. Señaló que una gran parte de los arrestados en Estados Unidos son capturados dentro de su territorio y posteriormente enviados a prisiones en Guantánamo (Cuba) y El Salvador, un hecho que consideró alarmante.
En medio de un ambiente donde miles de trabajadores, veteranos de la lucha revolucionaria, policías voluntarios, y miembros del ejército se congregaron, el líder sandinista reiteró su apoyo al presidente venezolano, Nicolás Maduro, así como a las familias que demandan la repatriación de ciudadanos que han sido injustamente detenidos en El Salvador sin justificación. Ortega se refirió a un caso reciente que ilustró esta crisis, donde un migrante fue deportado de Estados Unidos sin poder llevar a su hija de menos de dos años, un acto que calificó como un crimen atroz.
Ortega criticó duramente la indiferencia de figuras como Donald Trump, cuestionando: «¿Qué espera Donald Trump para restituir a la niña a su madre?» Su discurso delineó un panorama sombrío, afirmando que los fenómenos migratorios actuales son el resultado de las políticas dañinas impuestas por el gobierno estadounidense, lo que afecta no solo a los migrantes, sino que también amenaza la estabilidad económica global.
En su retórica, Ortega también abordó la guerra comercial que se ha intensificado por las aranceles dictadas por Washington, que no solo están afectando a otros países, sino que también perjudican a la economía estadounidense misma. Su análisis incluyó un elogio a las inversiones que China ha hecho en África y América Latina, sugiriendo que, a diferencia de Estados Unidos, el gigante asiático nunca ha condicionado sus inversiones a cambios políticos o a la adopción de determinadas ideologías.
El presidente reconoció la bondad de la cooperación china, expresando gratitud por la «extraordinaria solidaridad» mostrada hacia Nicaragua. En contraste, Ortega no dudó en mencionar otros conflictos mundiales que también infligen dolor y sufrimiento, como la ofensiva del estado israelí contra la población palestina. Su comentario resaltó la necesidad de estar conscientes de ataques sistemáticos que buscan exterminar comunidades árabes.
Aún más, Ortega advirtió sobre el ascenso del fascismo en el mundo, identificando la situación en Ucrania y la narrativa beligerante en torno a Rusia como un intento de desestabilizar naciones. En este sentido, manifestó la firme solidaridad de Managua con el «valiente pueblo ruso», haciendo un llamado a la unidad y la resistencia global.
Antes de concluir su discurso, Ortega recordó que los gobiernos de países como Cuba, Venezuela y Nicaragua enfrentan desafíos similares, nutriendo un espíritu de lucha indomable entre sus pueblos, quienes han resistido la adversidad y se han negado a rendirse o traicionar sus principios. Su mensaje fue claro: la lucha por la soberanía y la dignidad continúa.