Antes para la victoria rompe la alianza con Evo Morales y deja a su partido sin opciones para las elecciones en Bolivia

La Paz, ABR (Xinhua) – En un giro inesperado de los eventos políticos en Bolivia, el Partido Político del Frente para la Victoria (FPV) anunció su ruptura de la alianza con Evo Morales, el ex presidente de Bolivia que ocupó el cargo durante el periodo de 2006 a 2019. Esta decisión, según reveló Eliseo Rodríguez, líder del FPV, deja a Morales sin un respaldo sólido y sin plataforma para presentarse en las venideras elecciones presidenciales programadas para el 17 de este mes.
El anuncio de Rodríguez fue claro y contundente, indicando que esta ruptura representa el final de un acuerdo de cooperación que se había firmado en febrero del año anterior. La raíz de esta decisión, según los allegados del FPV, proviene de declaraciones recientes de Morales, quien manifestó tener ya un “otro partido” mediante el cual planea competir para conseguir su cuarto mandato presidencial en Bolivia.
«Ayer nos sorprendió con la declaración del Sr. Evo Morales, lo que indica que ya tienen otro partido (…) y nos estamos preparando para participar en estas elecciones por venir. Vamos a participar en alianzas o en solitario», afirmó Rodríguez ante la prensa, mostrando así la dirección política que seguirá su partido sin el apoyo de Morales.
Esta decisión provoca una considerable incertidumbre sobre el futuro político de Morales, una figura emblemática en la historia reciente de Bolivia. El líder político enfrenta ahora un periodo de reflexión tras el anuncio del FPV, un partido que también está lidiando con dificultades propias, entre las que se incluye una demanda en el Tribunal Electoral más alto (TSE) respecto a su situación legal, debido a no haber alcanzado el umbral del 3% de preferencias en las elecciones pasadas.
Morales, que ha sido un protagonista en el movimiento oficial al socialismo (MAS), fue recientemente expulsado de este, a raíz de un congreso validado por el Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP) y respaldado por el TSE. El TSE, bajo la dirección de Grover García, asociado con el actual presidente Luis Arce, ha desafiado la dirección política que Morales había estado buscando.
A pesar de las restricciones constitucionales que prohíben la reelección indefinida en Bolivia, Morales ha reafirmado en múltiples ocasiones su intención de volver a presentarse como candidato. Este panorama arroja dudas sobre la legalidad del FPV en detalle, ya que el TSE ha iniciado un proceso para determinar si este partido cumple con los requisitos legales necesarios para operar, especialmente ante el pasado electoral que indica que no logró captar el 3% de los votos en la contienda de 2020.
En caso de que se confirme dicha situación, el FPV podría perder no solo su legitimidad sino también su personalidad jurídica, lo que implicaría que cualquier candidatura futura no sería válida. Con la creciente incertidumbre y la falta de un respaldo oficial, Morales se encuentra en una posición complicada, sin un partido debidamente reconocido por el TSE que respalde su aspiración a competir en las elecciones previstas para agosto.
Este panorama se complica aún más al considerar las divisiones existentes dentro del movimiento indígena, el Bloque y la izquierda política en Bolivia, que se enfrentan a un desafío considerable que ahora incluye no solo la lucha por la legalidad, sino también la batalla por la presidencia en un contexto político altamente complejo.