El humo blanco se eleva: hay una nueva papa

Roma, 8 de mayo. (Europe Press) A las 18:08, hora local, el icónico humo blanco se elevó desde la chimenea de la Capilla Sixtina, marcando un momento histórico al anunciar la elección del nuevo Papa de la Iglesia Católica ante los ojos del mundo entero. Este fenómeno, cargado de simbolismo, es un rito que ha perdurado a lo largo de los siglos, un signo inconfundible que indica la conclusión de un cónclave y la asunción de un nuevo líder espiritual.
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En la Plaza de San Pedro, miles de devotos aguardaban con gran anticipación la señal que confirmaría la culminación de días de deliberaciones en el cónclave. Cuando el humo blanco apareció, la atmósfera se llenó de euforia; aplausos, vítores, y hasta lágrimas de alegría brotaron de los congregados. Muchos, emocionados, sacaron sus teléfonos celulares para capturar el momento memorable, mientras otros agitaban banderas de diversas partes del mundo, simbolizando la unión de la comunidad católica global. Como parte de este significativo anuncio, las campanas de la basílica comenzaron a repicar, resonando con la proclamación de ‘Habemus Papam’, que traduce a «tenemos Papa».
El nuevo Papa, una vez elegido, se dirige a la ‘Cámara de las Lágrimas’, un espacio íntimo donde tiene la oportunidad de reflexionar sobre la inmensa responsabilidad que ha aceptado. Posteriormente, retorna a la Capilla Sixtina para llevar a cabo una breve ceremonia ceremonial que incluye una oración y la lectura de un pasaje del Evangelio. Esta es una tradición profundamente arraigada, en la que todos los cardenales presentes manifiestan su lealtad al nuevo líder de la Iglesia, seguido por la hermosa canción del Te Deum, un himno de acción de gracias.
Aparte de todo esto, el nuevo Papa también se dirige a la Capilla Paulina por primera vez para ofrecer una oración en privado. Este gesto resalta la devoción que caracteriza el inicio de su papado y su compromiso con la fe.
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