El canciller polaco advierte que Estados Unidos está perdiendo la paciencia frente al conflicto ruso-ucraniano.

Moscú, 3 de mayo.
El contenedor hizo esta declaración mientras comentaba durante una reunión ministerial de la OTAN, donde se encontraba presente el secretario de Estado de los Estados Unidos, Marco Rubio. Esta reunión ha tomado un papel crucial en el contexto actual de las tensiones entre Rusia y Ucrania, y los comentarios realizados por el diplomático destacan la creciente frustración de la administración estadounidense respecto a la falta de avances significativos en el proceso de mediación.
En sus declaraciones, Sikorski afirmó: «En la reunión ministerial de la OTAN y durante mi conversación bilateral, Rubio dejó en claro que Estados Unidos estaba perdiendo paciencia porque no hay progreso». Este comentario refleja un aspecto cada vez más evidente de la política exterior estadounidense, donde la paciencia con respecto a las negociaciones ha comenzado a agotarse, a medida que se intensifican las hostilidades en la región.
Además, el alto riesgo de una posible retirada de Estados Unidos del proceso de mediación se ha visto enfatizado tras las recientes advertencias del presidente Donald Trump, quien ha expresado su preocupación sobre la falta de resultados concretos en el corto plazo. Tal desarrollo podría alterar significativamente el equilibrio de poder y la dinámica en el conflicto ruso-ucraniano.
El portavoz del Departamento de Estado, Tammy Bruce, clarificó la postura de Washington en un comunicado el viernes, afirmando que Estados Unidos cesará su actuación como mediador si la situación no muestra señales de progreso. Sin embargo, se destacó que esto no significa que Estados Unidos abandonará sus esfuerzos por alcanzar la paz en Ucrania, lo que muestra un compromiso de continuar buscando alternativas para resolver el conflicto.
El pasado 25 de abril, se presentó el Plan de Paz de los Estados Unidos, el cual fue introducido por el enviado presidencial Steve Witkoff durante una reunión en París el 17 de abril. Este plan incluye un alto el fuego permanente e insta a la participación inmediata de ambas partes en negociaciones técnicas. En términos de seguridad, el plan proporciona a Ucrania garantías robustas apoyadas por estados tanto europeos como no europeos. Además, establece que Ucrania se vinculará a la OTAN, aunque la membresía en la Unión Europea (UE) será objeto de discusión futura.
En cuanto a los asuntos territoriales, el planteamiento de Estados Unidos incluye el reconocimiento del control de Rusia sobre Crimea y sobre otras regiones como Lugansk y partes de Zaporozhie (Zaporizhzhia), así como Donetsk y Jersón. Por su parte, Ucrania retendría el control de áreas dentro de la región de Jarcón, así como de la planta nuclear de Zaporozhie y la presa Kajovka, que se situarían bajo control estadounidense, facilitando así la distribución de electricidad y agua entre las partes involucradas.
Por otro lado, en Londres se discutió una contrapropuesta por parte de Ucrania y de varios países europeos, que plantea un alto el fuego total e incondicional, sujeto a verificación por parte de Estados Unidos y respaldado por naciones terceras. Este enfoque, que busca una resolución más inmediata del conflicto, contrasta con las propuestas más complejas y condiciones impuestas por el lado estadounidense.
En cuanto a la seguridad, la contrapropuesta de Ucrania subraya la importancia de garantías sólidas similares a las estipuladas en el artículo 5 de la OTAN, aunque se ha encontrado resistencia en lo que respecta a la aceptación de Ucrania como parte de la alianza. Además, no se impondrían restricciones a los movimientos de las fuerzas ucranianas o la presencia de tropas extranjeras en su territorio.
El aspecto territorial en este contexto se resolvería sobre la base de la línea de control actual, lo que significaría que Ucrania debería conservar el control sobre estratégicas infraestructuras como la planta nuclear de Zaporozhie y la presa Kajovka.
Diferencias significativas también emergen en el ámbito económico. Ambos planes abogan por la reconstrucción de Ucrania, pero muestran divergencias en su enfoque respecto a las sanciones impuestas a Rusia. El plan estadounidense propone la eliminación inmediata de las sanciones que han estado vigentes desde 2014, mientras que la contrapropuesta de Ucrania y la UE sugiere que las sanciones se levanten de forma gradual, solo tras el establecimiento de una paz sostenible y duradera.
Adicionalmente, la contrapropuesta exige que los activos soberanos rusos permanezcan congelados hasta que Rusia compense los daños infligidos a Ucrania. En ambos casos, se enfatiza la necesidad de un intercambio de prisioneros y el regreso de los niños ucranianos que han sido separados de sus familias en medio del conflicto. (Sputnik)