Turistas graban el ataque que lleva a 2 fuerzas nucleares al borde de la guerra y no se dan cuenta de
«Alrededor de 15 o 16 turistas fueron disparados frente a nosotros. Cuando llegamos a la puerta, vimos que los visitantes ya se habían ido. Una guía de caballos nos ayudó a salir del lugar ”, agregó. Este relato pone de manifiesto la brutalidad del ataque y el pánico que se desató entre quienes estaban presentes en ese momento, una representación vívida de la realidad en una región marcada por el conflicto y la violencia.
¿Qué se sabe sobre el ataque?
Los hombres armados con pesadas armas abrieron fuego de manera indiscriminada en el Prado de Baisaran, en Cachemira, un territorio cuya disputa ha perdurado con Pakistán desde que toda el área logró independizarse del Reino Unido en 1947. Este acto de violencia ha dejado una marca indeleble en la memoria colectiva de las comunidades afectadas. La policía india ha arrestado al menos a 1.500 personas en el estado del norte de Jammu y Cashmiro, en el marco de las investigaciones sobre el ataque, un esfuerzo que refleja la gravedad de la situación y la urgencia de contener cualquier posible escalada de violencia.
Después de realizar una investigación exhaustiva, las agencias de inteligencia indias detectaron las huellas digitales de los atacantes. Estas pruebas revelaron una conexión con Pakistán, agravando aún más las tensiones entre ambos países. Se ha identificado el uso de una sala de control remoto, lo cual indica un nivel de planificación y organización que podría sugerir la participación de grupos mucho más estructurados y peligrosos.
Mientras tanto, el ministro de Relaciones Exteriores, Ishaq Dar, ha solicitado al gobierno de Pakistán que apoye sus declaraciones sobre la supuesta participación de Islamabad en el ataque. Esta situación se encuentra en el centro del debate político en la región, donde las tensiones son palpables y el diálogo parece ser cada vez más escaso.
En este contexto, el frente de resistencia, un grupo guerrillero que se considera un sustituto del grupo terrorista Lashkar-e-Taiba, ha reclamado la autoría del ataque que ha estremecido a todo el país. Este grupo ha utilizado las redes sociales para condenar a los más de 85,000 «extraños» establecidos en Cachemira, acusándolos de provocar un “cambio demográfico” que desestabiliza la región. Este tipo de retórica solo incrementa la polarización y la hostilidad en un conflicto que ya es altamente complicado.
Peligro de ‘guerra total’
Desde el día del ataque, las reacciones de ambos países han sido rápidas y radicales, lo que ha llevado a una drástica reducción de los lazos diplomáticos y comerciales. El Comité de Seguridad del Gabinete de India anunció el cierre de la posición de control integrada de Attari, una importante vía comercial en el noroeste del país, además de suspender el tratado sobre las aguas del Indo, firmado en 1960, hasta que Pakistán muestre un compromiso creíble con respecto a los límites establecidos.
Además, se ha prohibido la entrada de ciudadanos paquistaníes al país mediante el sistema de liberación de visa SAARC. Todas las visas de este tipo emitidas a ciudadanos de Pakistán han sido canceladas y se les ha dado un plazo de 48 horas para abandonar el país. También se han declarado «persona no grata» a los asesores militares, navales y aéreos del Alto Comisionado de Pakistán en Nueva Delhi, a quienes se ha dado una semana para salir de India.
Por su parte, Pakistán ha respondido con ejercicios navales en el área del Área de NAV IX del Mar Arábigo, situada cerca de la frontera marítima con India. También ha suspendido el comercio y varios acuerdos bilaterales, además de cerrar su espacio aéreo para la aviación india. Esta escalada en las tensiones ha llevado a Khawaja Asif, el ministro de Defensa de Pakistán, a advertir que la situación actual en la disputada región de Cachemira podría derivar en una ‘guerra total’ entre ambos países, lo que representa un grave riesgo para la estabilidad no solo de la región, sino también a nivel global. (Sputnik)
