El ecólogo critica el impacto en los humedales del Sur Caribe de Costa Rica

San José, 9 de abril (ELPAÍS.CR) .- La reputación internacional de Costa Rica como líder en conservación ambiental enfrenta un cuestionamiento significativo. Esta inquietud surge a raíz de las recientes revelaciones acerca de ‘impresiones de depredadores’ que han sido identificadas en dos humedales ubicados en el Caribe del Sur, de acuerdo a observaciones realizadas por el reconocido ambientalista Philipp Vangaidsenhoven.
Estas situaciones ponen de manifiesto las fallas dentro del sistema de protección de la biodiversidad del país, que destaca por albergar alrededor del 6% de la diversidad biológica mundial, a pesar de que solo ocupa el 0.03% del total de la superficie terrestre.
Destrucción en áreas protegidas
Vangaidsenhoven ha documentado diversas instancias de daños en:
- Un humedal bajo la protección estatal donde se ha perdido vegetación significativa y se ha desmantelado una cerca previamente existente que servía para delimitar el área.
- En Playa Negra, donde se ha utilizado maquinaria para remover recursos en terrenos que están siendo considerados por posibles actividades ilegales.
El ambientalista señaló: «Es triste que en un país reconocido por su compromiso con la conservación de su entorno, la defensa de estos ecosistemas se convierta en una batalla sumamente complicada.» Criticó la inacción institucional al señalar que «el proceso de investigación se extiende por años, y cuando finalmente se toman decisiones, el ecosistema ya está profundamente afectado.»
Fallas en la respuesta oficial
A pesar de haber informado a las autoridades pertinentes sobre estas situaciones antes de que se intensificaran, Vangaidsenhoven hizo un llamado a la intervención urgente debido a la necesidad de un monitoreo constante. Sin embargo, ha expresado su descontento al afirmar que no se ha enviado a ningún personal para constatar los daños ocasionados.
“El verdadero problema ocurre cuando se detecta el daño, ya puede ser demasiado tarde para actuar,” comentó. Para abordar este grave problema, el ambientalista propone implementar una estrategia de vigilancia comunitaria. «Es fundamental que, de manera inmediata, la policía colabore en la acción In situ para detener la destrucción, pero sin el respaldo de las instituciones, este esfuerzo se vuelve insostenible,» agregó.
Patrón de destrucción en las islas del Sur del Caribe
Las situaciones mencionadas son reflejo de un problema recurrente en la región:
- Los registros indiscriminados de terreno para proyectos, a menudo con permisos cuestionables o incluso sin autorización alguna.
- La fragmentación de terrenos que se destinan a proyectos de desarrollo inmobiliario.
Aunque la maquinaria fue retirada tras las quejas, su impacto persiste, tal como se observa en Playa Negra, donde los restos permanecen cerca del lugar operado.
Impacto ecológico crítico
Vangaidsenhoven detalla las implicaciones de estas acciones humanas mediante:
- Chapado: Los suelos erosionados no solo disminuyen la capacidad de retención de agua, sino que también eliminan hábitats necesarios.
- Destrucción: El desvío del agua de Altera provoca la pérdida irreparable de especies de áreas de reproducción, una clara amenaza para los servicios ambientales esenciales, tales como la protección costera y la captura de carbono.
Costa Rica: Paraíso de humedales en peligro
Nuestra nación cuenta con:
- 300,000 hectáreas de humedales que incluyen manglares, pastos marinos y pantanos.
- 12 sitios de Ramsar que son de importancia internacional.
El ambientalista advierte sobre la “normalización” de su decadencia.
El conflicto
- Tensión legal: La invasión de tierras estatales que están bajo protección.
- Vacío institucional: Las quejas no obtienen respuestas rápidas.
- Impresión de propiedad privada: Aumento de la especulación en tierras en áreas de alta biodiversidad.
¿Qué sigue?
Vangaidsenhoven sostiene que son necesarios:
- Un fortalecimiento de las patrullas encargadas de vigilar las áreas protegidas.
- La implementación de sanciones severas para aquellos que estén involucrados en los daños.
- Mayor involucramiento comunitario en la supervisión de estos ecosistemas.
A medida que Costa Rica continúa divulgando su ‘marca verde’ al mundo, estos incidentes plantean una pregunta incómoda: ¿Realmente se está celebrando nuestro modelo de conservación?