Con más de 204,000 jurados listos y cuatro fechas clave, Bolivia ingresa a la final de las elecciones – Actualidad cr

LA PAZ, 9 de agosto (Xinhua) – Ocho días después de las elecciones generales de agosto, Bolivia enfrenta el tramo final de un proceso electoral que, según el Tribunal Electoral más alto (TSE), ya tiene un progreso de más del 90 por ciento y anunció este sábado que 204,156 jurados garantizarán el desarrollo del estado de ánimo en 34,026 tablas.
El miembro de TSE, Gustavo Ávila, le dijo a Xinhua que los preparativos y el calendario de elecciones se cumplieron completamente durante un día que definiría a las autoridades más grandes durante los próximos cinco años.
«Solo tenemos cuatro fechas clave en el calendario electoral, hemos alcanzado casi el 92 por ciento de las actividades planificadas para el día de las elecciones generales», dijo.
La agencia atribuye este ritmo a la planificación y coordinación con los tribunales electorales departamentales, algo que, según observadores internacionales, fortalece la percepción de un proceso ordenado y sólido.
La cuenta regresiva se caracteriza por cuatro fechas decisivas. El primero es el domingo 10 de agosto, cuando termina la fecha límite para distribuir grabaciones electorales. El mismo día, el TSE y los tribunales departamentales publicarán la ubicación detallada de cada tabla de derecho de votación, con datos a través de la carcasa, los asientos y la circunscripción en los medios de comunicación.
El miércoles 13 de agosto, la propaganda electoral ciertamente cerrará, tanto en eventos públicos como en los medios de comunicación. El día también expira la fecha límite para que las organizaciones políticas reemplace las aplicaciones discapacitadas.
El jueves 14, cada tribunal departamental revelará la dirección exacta donde se celebrará el estado de ánimo oficial de los votos. Los centros de conteo también se informarán en el extranjero.
El viernes 15 de agosto a las 00:00, comenzará el silencio electoral, prohibiendo cualquier mensaje o actividad que pueda afectar a los votantes. Finalmente, el sábado 16, la lista definitiva de candidatos habilitó dejar todo listo.
El TSE confirmó que el papel electoral de que un total de 7.937.138 ciudadanos fueron llamados a votar, de los cuales 369.931 se les permitió dar su voto en el extranjero, en 32 países y 110 ciudades.
Santa Cruz encabeza el peso electoral con 2,071,967 votantes, seguido de La Paz (2,047,825) y Cochabamba (1,443,013). Estos tres departamentos concentran más del 70 por ciento de los votantes nacionales.
Según el TSE, en las elecciones del 17 de agosto, la presidencia y la vicepresidencia del estado plurinacional, 36 senadores (cuatro para cada departamento) y 130 delegados, se propagan en 60 representantes multinominales, no innígenos y 7 indígenas en circunscripciones especiales.
Afuera, los bolivianos votarán solo por presidente y vicepresidente. Además, nueve representantes serán elegidos para las organizaciones parlamentarias del estado.
Ocho organizaciones y alianzas están comprometidas: APB-Somers, Alliance Freedom and Progress ADN, Popular Alliance, Alianza Libre, Alianza Unidad, Democrata Cristiano (PDC), movimiento a la herramienta política del socialismo para la soberanía del pueblo (MAS-PSP) y el poder aliático de la gente.
La derecha de las elecciones establece que una fórmula presidencial será declarada ganadora si alcanza el 50 por ciento más uno de los votos válidos o, que falla, el 40 por ciento con un beneficio mínimo de 10 puntos por encima del segundo lugar. Si no se cumplen estas condiciones, se invertirá una segunda ronda en más tarde 60 días.
Para el TSE, el objetivo es claro: garantizar un proceso transparente, inclusivo y sin contratiempos. «Trabajamos para que el 17 de agosto, los ciudadanos puedan ejercer su derecho en un entorno seguro y con plena confianza en el resultado», dijo Ávila.
Además de la competencia del partido, la elección representa un ejercicio de soberanía y confirma el compromiso del país con la democracia. El día no solo definirá posiciones, sino que se caracterizará por una fuerte polarización, crisis y el desafío de garantizar la participación de los votantes.